¿Está mal ser una soñadora? Mis amigos me dicen que soy eso, y si es verdad, debo admitir que lo acepto con orgullo. ¿Con qué sueño? Creo que sería mejor preguntar con qué no sueño.

Quiero un paraíso en este infierno,

quiero gritar palabras en silencio,

quiero ojos que vean más allá de lo que los ojos pueden ver,

y que a esto que yo veo,

alguien más lo pueda conocer.

Sí, soy una soñadora que deja cartas en el subte con mensajes

optimistas que rematan los sueños con un

"que tengas un buen día".

Sí, ¿hay algún problema con eso?

Millones...por lo menos hasta que encuentre la manera de creer que no soy la única que queda.

Pero no pierdo la esperanza.

Me rehuso a rendirme y abandonar esa idea.

Sé que allá afuera -en ese mundo que me ha decepcionado en múltiples ocasiones- hay otra persona que sueña con el mismo concepto de magia que yo.

¿Nunca escuchaste hablar de la magia?

No, no de esa de los conejitos blancos en galeras,

y dedos cortados que se regeneran en un abrir y un cerrar de ojos.

Esa magia que se crea con sonrisas, con miradas, con roces...

Y acá queda perfecta la cita de Anakin:

"If you're suffering as much as I am,

please tell me."