El reloj de bolsillo que tenía marcaba las tres de la mañana pero su mente juraba que era mucho más temprano. Sus pies suavemente acariciaban los escalones que la guiaban hacia su habitación en un futil intento de no despertar a algún familiar. A medida que su cuerpo - cansado y frágil - se acercaba a su destino, su mente se rendía ante la idea de frenar el tiempo. "Soy una soñadora", pensaba una y otra vez. Recordando sus palabras escritas en una de sus tantas cartas que habían sido dejadas en los transportes públicos, reflexionaba sobre su noche y se preguntaba si realmente la vida actuaba en la manera que ella pensaba. ¿Era posible que las cosas pasaran por el mero hecho de que debían pasar? ¿No era iluso de su parte suponer que si una persona debía conocerla, la vida iba a encontrar la manera de ponerla en su camino? Sacudiendo su cabeza, intentanto a su vez ahuyentar el sueño y la pereza, continuó su camino y se vió tentada de amenazar al destino cambiando su rumbo. Definitivamente no era la hora de irse a la cama todavía. Tenía millones de pensamientos revoloteando en su cabeza, y la idea de un sueño pacífico era inconcebible en el momento. De repente, las palabras crudas de Ignatius - creo que era así - se le vinieron a la cabeza, y una voz diciendo "carnal" hacía eco en su mente. ¿Había sido eso? "Por primera vez", pensó, "me voy a rendir ante la vida y voy a creen en mi propia filosofía. Si algo tiene que pasar, confío en que tarde o temprano, va a ocurrir, y si no, el nombre Martín hará eco en mi mente de ahora en más, revolviendo recuerdos llenos de Dr Lemon, risas y una conversación especial".
With that in mind, I'm off to bed.
Fue un buen día y una buena noche en Red Door -o Puerta Roja-,
con muchas conversaciones irrepetibles
-porque son imposibles de recrear y por pudor-
que si no me fallara la memoria apuntaría antes de irme a dormir.
Re haría un video en este momento,
pero son como las cuatro menos veinte y no doy más.
Hoy espero que los mosquitos no me atormenten.
Sleep tight.
-Flash
wooooo O.O
ResponderEliminarquiero saber tooooooodoooooo
Cumplo con la promesa de escribir. No me fue difícil encontrar el blog. Debo decir que la tónica de aquella noche es irrepetible. Asumiendo que las temporalidades en este caso no son las mismas, retomo el sentido de lo discutido sobre la fatalidad vs. la contingencia.
ResponderEliminarDebo admitir que ese comentario no me lo esperaba...ni un poco...
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