Es ahí cuando te das cuenta de que algo no está funcionando:
cuando encontrás razones para alejarle la mano,
cuando el peso físico sobre tu hombro pesa más que
el valor sentimental que ese gesto solía tener;
cuando el silencio es tan sólo eso;
cuando la lejanía no duele;
cuando la lejanía se busca.
Es ahí cuando te das cuenta de que
te estás permitiendo sentir algo fuerte por la otra persona:
cuando su mano está sobre tu hombro,
pero la distancia entre ustedes se siente como si hubiese metros de por medio;
cuando los silencios están muy ocupados por palabras dichas con miradas;
cuando la lejanía es insoportable,
pero a la vez inexistente...¿inexistente?
Sí, porque hagas lo que hagas,
con la distancia que sea de por medio,
esa persona siempre está ahí, con vos.
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